El huevo forma parte esencial de la canasta básica en México y destaca por su equilibrio entre costo, aporte nutrimental y facilidad de preparación. Su presencia constante en desayunos, comidas y cenas lo convierte en uno de los alimentos más consumidos del país, además de ser una opción accesible para distintos estilos de alimentación.
Con apenas 75 calorías por pieza, el huevo ofrece una fuente eficiente de proteínas de alto valor. Para Michelle Guadalupe Mendoza Pérez, académica de la carrera de Ciencias de la Nutrición de la Universidad Autónoma de Guadalajara (UAG), un huevo grande aporta alrededor de seis gramos de proteína, fundamentales para el mantenimiento muscular, la reparación celular y el funcionamiento del organismo. Además, contiene vitamina D, zinc y colina, micronutrientes clave para la salud ósea, el sistema inmunológico y el desarrollo cerebral.
¿Qué beneficios aporta el huevo a la salud visual y general?
Las yemas contienen luteína y zeaxantina, compuestos antioxidantes asociados con la protección ocular. Diversas investigaciones señalan que estos nutrientes ayudan a reducir el riesgo de cataratas y de degeneración macular relacionoda con la edad, una de las principales causas de ceguera en personas mayores de 55 años. Este beneficio coloca al huevo como un aliado para la salud visual dentro de una dieta equilibrada.
No obstante, la yema también concentra colesterol. Un huevo grande aporta cerca de 186 miligramos, por lo que personas con diabetes, antecedentes de infarto o riesgo cardiovascular deben vigilar su ingesta diaria. Esto no implica que sea perjudicial por sí mismo, sino que su impacto depende del contexto general de la dieta. Para quienes siguen esquemas alimenticios bajos en colesterol, como algunos vegetarianos, el huevo puede ser la principal fuente de este lípido esencial. La Asociación Americana del Corazón recomienda consumir hasta un huevo al día dentro de una alimentación saludable.
Consumir huevo en buen estado es fundamental. Se recomienda revisar la fecha de caducidad, evitar piezas rotas y refrigerarlas de inmediato a una temperatura de 4 grados o menos, preferentemente en la zona más fría del refrigerador. La cocción completa reduce el riesgo de salmonella, y el manejo higiénico incluye lavado de manos y superficies tras el contacto con huevo crudo.
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