Ajolotes rosas: ¿por qué no existen en la naturaleza y cómo ayudarlos a sobrevivir?
El ajolote rosa no existe de forma natural. Conoce su origen, los peligros que enfrenta y cómo puedes ayudar a que esta especie no desaparezca
Aunque muchos los conocen por su color rosa, los ajolotes así no existen en la naturaleza. Esa tonalidad tan llamativa es resultado de una mutación genética llamada leucismo, que impide el desarrollo completo de los pigmentos en su piel. Pero no hay que confundirlos con los albinos: los ajolotes leucísticos conservan los ojos pigmentados y no son tan sensibles a la luz solar.
Esta variedad se ha popularizado en acuarios, peluches, videojuegos e incluso en redes sociales. Pero en libertad, los ajolotes verdaderos son de color marrón oscuro o verde olivo con manchas doradas, tonos que los ayudan a pasar desapercibidos ante sus depredadores.
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La lenta desaparición de Xochimilco
En su hábitat original, los canales de Xochimilco, el ajolote enfrentó la llegada de especies invasoras como la carpa y la tilapia, que devoraron huevos, larvas y juveniles, desequilibrando el ecosistema. Además, el uso de pesticidas y fertilizantes en las chinampas contaminó el agua, afectando su salud y reproducción.
A pesar de que Xochimilco es uno de los principales pulmones de la Ciudad de México, su deterioro ambiental ha sido continuo. Hoy, todos los ajolotes, sin importar su color, están en peligro crítico de extinción en vida silvestre.