¿Graduación o ceremonia? El debate lingüístico detrás de los birretes escolares

En México —y en muchos países de habla hispana— es común que los niños celebren su “graduación” al terminar el preescolar, la primaria o la secundaria. Fotos con birrete, discursos emotivos, y hasta vals con los padres se repiten año con año. Sin embargo, la palabra “graduación” no siempre fue aceptada para estos niveles educativos. Originalmente, se reservaba solo para quienes concluían estudios superiores, como una licenciatura o un posgrado. Pero el uso popular ha cambiado las reglas.

Te podría interesar: VIDEO: Adolescentes en EU bailan La Chona en su graduación

Según la RAE, el verbo graduarse hace referencia, en su primera acepción, a obtener un grado académico, es decir, un título universitario. En cambio, terminar la primaria o secundaria no otorga un grado académico, sino un certificado. Por eso, algunos lingüistas señalan que llamar “graduación” a esas ceremonias es un uso incorrecto, o al menos, una extensión imprecisa del término.

Lo más apropiado sería hablar de una “ceremonia de clausura” o una “entrega de certificados”, términos más neutros y ajustados a la realidad escolar. Sin embargo, el poder del lenguaje emocional ha ganado terreno, y decir “graduación” carga con un simbolismo más fuerte: el cierre de una etapa, la celebración de un logro, la transición hacia lo nuevo.

Aquí entra en juego la costumbre. Los hablantes moldean el idioma con su uso cotidiano, y aunque técnicamente podría no ser exacto, “graduación” ya es parte del vocabulario emocional de muchas familias. Como en toda lengua viva, el corazón muchas veces va por delante de la gramática. Y quizá, en ese vals de kínder, lo que menos importa… es cómo lo llamamos.

Te podría interesar: Video: Joven usa “chanclas” durante la ceremonia de su graduación