En 2018, Justine Gurrola, maestra de educación especial, caminaba por la calle El Rancho Drive, en Whittier, California, cuando su pie se atoró en un bache formado por las raíces de un árbol. La caída fue tan violenta que impactó su rostro contra el pavimento, provocándole una lesión cerebral traumática.
Los reportes médicos confirmaron fracturas en la muñeca, el codo y los huesos nasales, además de un diente roto y un profundo corte en el labio. El golpe alteró su vida laboral y personal, dejando secuelas físicas y emocionales permanentes.
¿Por qué decidió demandar a la ciudad de Whittier?
Tras meses de recuperación y estudios médicos, los abogados de Gurrola presentaron una demanda por negligencia contra la ciudad. Argumentaron que las autoridades ignoraron las advertencias de los vecinos sobre el mal estado de las aceras y que no existía un programa de inspección o reparación preventiva.
Según la defensa, el ayuntamiento solo comenzó a reparar las banquetas después del accidente, lo que reforzó la evidencia de falta de mantenimiento.
¿Qué resolvió el jurado de Los Ángeles?
El jurado del condado de Los Ángeles determinó que la ciudad era responsable directa del accidente y ordenó una indemnización de 7.5 millones de dólares a favor de la maestra. La compensación cubre los gastos médicos, terapias, secuelas físicas y el impacto en su vida cotidiana.
Durante el juicio, los representantes legales de Gurrola aseguraron que “la ciudad falló en su deber más básico: mantener seguras sus calles”, una frase que resonó en medios locales y redes sociales.
¿Por qué el caso se volvió viral en Estados Unidos?
La historia de Justine Gurrola se volvió tendencia en plataformas digitales por la magnitud del fallo y la reflexión que deja sobre la negligencia de las autoridades locales. Miles de usuarios compartieron el caso como ejemplo de cómo una simple omisión puede tener consecuencias millonarias.
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