¿Separados para siempre? El misterio detrás de los océanos que no se mezclan
Aunque comparten el mismo planeta y parecen fundirse en mapas, el Océano Atlántico y el Pacífico no se mezclan del todo. La ciencia tiene una explicación fascinante… y la naturaleza, una historia aún más sorprendente.
Durante siglos, marineros y científicos han quedado perplejos al observar que en ciertos puntos del planeta, como el golfo de Alaska, las aguas del Océano Pacífico y el Océano Atlántico parecen dividirse como si una muralla invisible las separara. A simple vista, es un espectáculo asombroso: dos masas de agua de distinto color y densidad, chocando pero sin unirse. Pero, ¿qué ocurre en realidad? ¿Por qué parece que estos océanos rehúyen el uno del otro?
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¿Qué provoca esta separación tan visible?
La razón más evidente está en la diferencia de salinidad y densidad. Las aguas del Atlántico suelen tener una mayor concentración de sal que las del Pacífico, lo que las hace más pesadas y compactas. Por otro lado, el Pacífico tiene mayor cantidad de agua dulce por deshielos y lluvias, lo que genera una especie de “rechazo” entre masas. No es que no se mezclen jamás, pero lo hacen muy lentamente y en capas.
¿Es una ilusión o un fenómeno real?
Aunque algunas fotos virales exageran el efecto, el fenómeno es totalmente real. La línea divisoria que se forma se conoce como haloclina, una zona en la que la salinidad cambia bruscamente, generando un contraste que parece casi mágico. Bajo el agua, sí hay intercambio, pero toma años o incluso siglos lograr una mezcla completa.
¿Dónde puede verse este fenómeno?
Además del golfo de Alaska, algo similar ocurre en el estrecho de Gibraltar, el mar Báltico y el mar Caribe. Estas divisiones se ven acentuadas por corrientes oceánicas, temperaturas distintas y diferencias en presión. Es como si la Tierra, con su propio pincel, trazara fronteras en el mar. Y en ese límite, la naturaleza nos recuerda que aún guarda secretos por descubrir.
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