¿Felicidad en el estómago? La sorprendente verdad sobre tu estado de ánimo y lo que comes

A María le costaba entender por qué, a pesar de pensar en positivo y rodearse de buenas personas, sentía una tristeza constante. No era depresión, pero sí una nube gris que no se iba. Hasta que un día, una nutrióloga le habló del “segundo cerebro”: el intestino. Le explicó que ahí vivían billones de bacterias que no solo digieren la comida, sino que también producen neurotransmisores como la serotonina, la hormona de la felicidad. Desde entonces, María cambió su alimentación... y su ánimo también cambió.

Te podría interesar: Esta es la edad en la que llega la verdadera felicidad?, según la ciencia

Sí. El 90% de la serotonina se produce en el intestino, no en el cerebro. Esto ha llevado a los científicos a replantear la idea de que el pensamiento positivo es suficiente para ser feliz. Si alimentas mal a tu microbiota intestinal, los efectos se reflejan en tu estado de ánimo, tu energía e incluso en tu sueño.

Azúcares refinados, comida ultraprocesada y grasas trans generan inflamación intestinal y alteran tu flora bacteriana. El resultado: más ansiedad, irritabilidad y fatiga. En cambio, una dieta rica en fibra, fermentados, frutas y verduras alimenta a las bacterias buenas que te ayudan a producir hormonas del bienestar.

Claro que pensar positivo ayuda, pero sin una base biológica equilibrada, la mente no puede sola. Tu cuerpo y tus pensamientos deben trabajar en equipo. Comer bien no es solo un acto físico, es un gesto de amor emocional. Así que la próxima vez que te sientas decaído, tal vez no necesites un consejo... sino un buen plato de comida real.

Te podría interesar: Comida artificial: la controversia detrás de una solución innovadora