La Ruta del Peregrino es uno de los caminos de fe más emblemáticos de Jalisco, con más de 200 años de tradición.
Este trayecto de aproximadamente 117 kilómetros conecta Ameca con Talpa de Allende, atrayendo cada año a cerca de 3 millones de peregrinos, especialmente durante Semana Santa y las fiestas en honor a la Virgen del Rosario.
Además de su valor religioso, esta ruta es apreciada por senderistas por su belleza natural y desafío físico. Destacados puntos panorámicos como el Espinazo del Diablo y el Cerro del Obispo, que ofrecen vistas espectaculares de la Sierra Madre Occidental.
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¿Por qué hay cruces en el cerro el Espinazo del Diablo en la Ruta del Peregrino?
En la cima del Espinazo del Diablo, un cerro empinado y legendario de la Ruta del Peregrino, se pueden observar decenas de cruces con fotografías de personas, así como algunos objetos personales.
Estas cruces conmemoran a peregrinos que sufrieron accidentes o fallecieron durante su recorrido, ya sea en este mismo cerro o en algún punto del camino. Son una suerte de recordatorio de fe y devoción, así como símbolos de respeto y memoria que colocan familiares y amigos.
La Ruta del Peregrino combina tradición religiosa, historia y naturaleza en un itinerario que renueva la fe y reta al cuerpo, ofreciendo sentido y paisaje en cada paso hacia Talpa de Allende.
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El Cerro de la Mujer Dormida, ícono natural de la Ruta del Peregrino en Talpa de Allende