¿Había una plaza de toros? Así nació el proyecto de la Plaza Tapatía: el corazón del Centro Histórico de Guadalajara

Construida en los años 80 para “modernizar” el Centro Histórico, la Plaza Tapatía guarda más que fuentes y esculturas: ¿Fue realmente un proyecto innovador?

Arte y cultura
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En el corazón del Centro Histórico de Guadalajara hay un lugar que nació para unir el pasado con el futuro: la Plaza Tapatía. Este corredor urbano peatonal, que se extiende desde el Teatro Degollado hasta el Hospicio Cabañas, no siempre fue así.

Su nacimiento fue parte de un proyecto ambicioso en los años 80 que removió calles, transformó el paisaje y sembró esculturas, fuentes, murales… y también polémicas.

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¿Cómo surgió el proyecto de la Plaza Tapatía?

El proyecto fue impulsado por el entonces gobernador Flavio Romero de Velasco como parte de una iniciativa de “rescate urbano” del Centro. La idea era conectar dos de los edificios más emblemáticos de la ciudad -el Hospicio Cabañas y el Teatro Degollado- a través de un paseo cultural peatonal.

Para hacerlo, se demolieron antiguas fincas, edificios y comercios, y se reorganizó toda la traza vial. Así, nació en 1982 la Plaza Tapatía: un corredor con fuentes danzantes, esculturas de artistas reconocidos como Alejandro Colunga (La Sala de los Magos) y murales que pretendían contar la historia de Jalisco en piedra y agua.

¿Qué secretos esconde bajo su superficie la Plaza Tapatía?

Muchos tapatíos ignoran que debajo de la Plaza Tapatía existen túneles. Se planeaban para una red subterránea de servicios, estacionamientos e incluso pasajes comerciales, que finalmente quedaron inconclusos o en desuso. Algunos trabajadores y cronistas aseguran que hay accesos bloqueados bajo las fuentes, donde aún hay estructuras y pasillos ocultos. También hay rumores de antiguas catacumbas bajo el Cabañas, conectadas por corredores cerrados.

¿Es la Plaza Tapatía un elefante blanco?

La realidad es que no todo fue celebración: durante su construcción se denunció el despojo de inmuebles históricos y se criticó el estilo modernista que rompía con el Centro tradicional. Aún así, hoy la Plaza Tapatía es un símbolo de la Guadalajara de tránsito: la que cambia, discute, se reinventa… pero no olvida y quizá hasta invisibiliza.

Caminar por la Plaza Tapatía es caminar por una cicatriz urbana llena de arte, historia y secretos. ¿La ves como una herida o como una obra viva?

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