Guillermo del Toro regresa con su esperada reinterpretación de Frankenstein, estrenándose en cines antes de llegar a Netflix este otoño. Pero el verdadero protagonismo no solo está en su reparto estelar o en la estética gótica, sino en su elección de mantener viva la magia del cine artesanal.
En una era dominada por la inteligencia artificial y los efectos digitales, Guillermo del Toro defiende un retorno al trabajo manual, tangible, que transforma cada set en un espacio lleno de vida.
¿Por qué Guillermo del Toro rechaza la inteligencia artificial en Frankenstein?
Guillermo Del Toro se ha pronunciado con claridad: “No quiero digital. No quiero IA. No quiero simulación. Quiero artesanía de la vieja escuela”, declara el director, reafirmando su apuesta por el trabajo real: construcciones a escala, pintura, instalación manual y manipulación física de cada objeto para que la película respire como un organismo vivo.
¿Cómo impacta lo artesanal en la experiencia de los actores en el cine?
Gracias a los escenarios construidos en 360 grados -como el laboratorio de Frankenstein y el barco del climax- interpretar se vuelve orgánico y emocional. Jacob Elordi -el monstruo- y Oscar Isaac -Victor- pudieron moverse, tocar y sentir el mundo que los rodea, algo que solo la tangibilidad puede ofrecer.
¿Qué busca recuperar Guillermo del Toro con este enfoque tradicional?
El director busca preservar la emoción en el cine, desea que el público sienta el peso, texturas y presencia del mundo ficticio, sin la frialdad que a veces transmite lo digital. Este camino es una defensa del cine romántico, de lo artesanal que abraza lo imperfecto con sentido y estética emocional.
‘El Laberinto del Fauno': ¿Por qué es una obra maestra de Guillermo del Toro?, historia y simbolismo