¡Pues parece que realmente sí hay miel de avispa!

A partir de aquí, se sugiere sentarse, porque vienen fuertes declaraciones en estos próximos párrafos. Advertencia: Debería buscar unos panes a la mano, por si algo.

Jessica Martin
Tendencia y Viral
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¡Seguimos hoy con nuestra sección: Impresionemos al lector!

Pues es que, no sólo vimos que hay diferentes tipos de levaduras para preparar nuestros ricos y calóricos postres, ni que hay muchísimas frutas que creímos que eran verduras, (y peor aún, que las comimos como tal), sino que también, resulta que la miel no sólo viene de las abejas.

Tipos de miel

Convencionalmente definimos la miel como aquel jarabe derivado de la naturaleza en un proceso de fermentación o sencillamente los azúcares naturales que posee una planta o flor, bajo esta lógica en el ciclo normal usualmente es la abeja quien suele recolectarla y llevarla a sus panales para pasar por el último proceso previo a que la ingiramos.

No obstante, en años recientes se ha vuelto cada vez más populares y conocidas alternativas como la miel de agave azul o maple, para paladares distintos y necesidades particulares, (por ejemplo, la de agave es muy buena para los diabéticos).

Nuevos tipos improbables de “miel”

Recientemente estaba comiendo en un restaurante capitalino y gozando tremendamente de unos ricos hotcakes acompañados de compota de fruta y elaborados con pan de masa madre, mientras sorbía un delicioso jugo de mandarina por la temporada decembrina, esperando que enfriara mi café y escuché que alguien me sugería: “¿quiere miel de avispa?”.

Casi escupí lo que traía en la boca en un afán entre no reírme y preguntar si me podían repetir lo que acababa de escuchar, porque, obviamente la miel de “avispa” no existía… ¿Verdad?

Pues, amablemente el mesero llamó al chef quien nos sacó de la creencia equivocada: la miel de avispa, efectivamente existía y además era comestible. (Y con un sabor y consistencia riquísimos, debo añadir).

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La Miel de Avispa

La miel de avispa es producida y colectada para consumo humano a partir de algunas pocas especies de avispa, como la “Brachygastra mellifica” o “Brachygastra lecheguana” y en menor medida la “Polybia occidentalis”, (esta última particularmente en algunas ocasiones resulta una miel tóxica o venenosa por el tipo de flores con el que está elaborada).

En Guerrero, México, a la avispa melífera se le llama “avispa de palo”, (es negra, pequeña y numerosa), habita en troncos secos y su miel puede ser colectada. Expertos en apicultura han documentado que la subfamilia “Polistinae” se ha usado para producir miel desde hace cientos de años. A través de la toponimia, sabemos que otras culturas indígenas del continente americano tuvieron conocimiento de la miel de avispa; por ejemplo, las islas de las Lechiguanas, en Argentina, deben su nombre al quechua “lláchiwána” que significa precisamente avispa que produce miel.

Es decir, este conocimiento nos ha acompañado desde siempre pero en la modernidad, lo perdimos, y ahora con la inercia del consumo orgánico y buscar suplementos alimenticios, nos damos cuenta que de la avispa correcta, (por su tipo de alimentación), podemos conseguir una miel ligeramente más oscura que la de abeja, pero igual de rica y nutritiva.

En experiencia de la que aquí escribe, les puedo decir que si no me dicen, no me entero que es de avispa la miel que comí y además, me pareció excelente saber que ahora en México los productores locales ya empezaron a generar este tipo de productos 100% de nuestro país.

¿No se te antoja intentar probarla?

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