Cuando la mente aprieta: El dolor silencioso de la cefalea tensional
¿Sientes una presión constante en la cabeza como si llevaras un casco invisible? Podrías estar enfrentando una cefalea tensional, el tipo de dolor de cabeza más común... y más incomprendido.
Imagina una banda elástica envolviendo tu cabeza, apretando lentamente, sin descanso. No es una fantasía ni un invento: así describen muchos el malestar de una cefalea tensional. Este tipo de dolor de cabeza, aunque no es peligroso, puede convertirse en un compañero cotidiano, afectando desde la productividad hasta el ánimo. Lo curioso es que, aunque millones lo sufren, pocos saben exactamente qué lo provoca.
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¿Qué es una cefalea tensional y cómo se siente?
Se caracteriza por un dolor opresivo, constante, generalmente en ambos lados de la cabeza, como si algo apretara. A diferencia de la migraña, no suele venir acompañada de náuseas ni sensibilidad a la luz, aunque el malestar puede durar desde 30 minutos hasta varios días. Es más común en adultos jóvenes y en personas que pasan muchas horas frente a una pantalla o bajo presión constante.
¿Por qué se provoca esta molestia tan persistente?
Las causas pueden ser físicas, emocionales o incluso posturales. El estrés es el principal culpable, seguido por la fatiga ocular, el bruxismo (rechinar los dientes), la ansiedad y la falta de descanso. Los músculos del cuello y el cuero cabelludo se tensan y envían señales de dolor al cerebro, creando ese círculo vicioso entre mente tensa y cuerpo contracturado.
¿Se puede prevenir o curar la cefalea tensional?
Aunque no existe una cura definitiva, hay formas de prevenir y aliviar estos episodios: pausas activas durante el trabajo, masajes, ejercicios de relajación, y en algunos casos, medicación. Pero más allá de eso, es clave reconocer el lenguaje del cuerpo y atender las señales antes de que la tensión se transforme en dolor.
La cefalea tensional no grita, pero susurra fuerte. Y cuando lo hace, es momento de escuchar.
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