El Alzheimer es una de las enfermedades neurodegenerativas más investigadas a nivel global que además de afectar a quien lo padece, tiene un impacto en las familias, cuidadores y comunidades enteras. Por ello, la prevención y el cuidado temprano se han convertido en prioridades para especialistas en salud.
Mantener hábitos saludables es fundamental para disminuir el riesgo de desarrollar esta enfermedad. Diversos estudios señalan que acciones como realizar actividad física regular, estimular la mente, dormir adecuadamente, mantener una alimentación equilibrada y cuidar la salud cardiovascular pueden contribuir significativamente a proteger la memoria y las funciones cognitivas.
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Además del seguimiento médico y la detección temprana, se recomienda fortalecer las relaciones sociales, reducir el estrés y evitar el consumo de tabaco y alcohol en exceso. Estos factores, combinados, ayudan a preservar la salud cerebral y mejorar la calidad de vida con el paso de los años.
