El secreto detrás de unas cortinas impecables sin salir de casa con estos tips caseros
¿Sabías que tus cortinas pueden estar llenas de polvo aunque no lo notes? Descubre cuándo y cómo lavarlas sin complicaciones, y mantén tu hogar fresco sin pagar tintorerías.
Era una tarde cualquiera cuando, al correr la cortina del comedor, noté una especie de nube ligera de polvo al contraluz. "¿Cuándo fue la última vez que las lavé?”, pensé con cierta culpa. Como muchos, paso por alto ese rincón del hogar que acumula más de lo que imaginamos: polvo, ácaros y hasta olores. Por eso, me di a la tarea de investigar cada cuánto deben lavarse las cortinas y cómo hacerlo en casa, sin que parezca una misión imposible. Lo que encontré fue un mundo de consejos prácticos que hoy quiero compartir contigo.
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¿Cada cuánto tiempo debo lavar mis cortinas?
Aunque no lo creas, las cortinas deberían lavarse cada 3 a 6 meses, dependiendo de factores como el polvo ambiental, si hay mascotas o si alguien en casa es alérgico. Las de cocina, por ejemplo, pueden necesitar lavarse con mayor frecuencia por la grasa que flota en el aire. No esperes a que se vean sucias; si ya notas manchas, es señal de que has esperado demasiado.
¿Puedo lavarlas en la lavadora sin dañarlas?
Sí, pero lee siempre la etiqueta primero. Si son de algodón, lino o poliéster, probablemente puedas meterlas a la lavadora en un ciclo suave, con agua fría y detergente líquido suave. Eso sí, olvídate del centrifugado fuerte. Para secarlas, cuélgalas húmedas directamente en su sitio: así evitarás arrugas y les devolverás su caída natural.
¿Y si son muy delicadas o pesadas?
En esos casos, lo mejor es aspirarlas regularmente con un cepillo suave y, cada seis meses, darles una limpieza en seco casera: usa una mezcla de vinagre blanco con agua y rocía ligeramente, dejando secar al aire. Las cortinas tipo blackout o con forros especiales pueden necesitar una limpieza con vapor —algo que puedes hacer con un vaporizador de ropa casero.
Cuidar tus cortinas no solo embellece tu hogar, también mejora el aire que respiras. Con un poco de atención y sin salir de casa, puedes mantenerlas como nuevas todo el año.
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