En un pequeño consultorio estético de Tijuana, una joven de 27 años entró con ojos color miel y salió con un intenso azul celeste. Todo parecía un sueño hecho realidad... hasta que, semanas después, comenzó a ver borroso. Lo que muchos no saben es que cambiar el color de los ojos mediante cirugía no solo es un procedimiento delicado, sino potencialmente devastador para la salud visual.
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¿Cómo es posible cambiar el color de tus ojos?
Existen principalmente dos métodos: el implante de iris artificial, y el uso de láser para despigmentar el iris. El primero, popularizado en países como India y México, consiste en insertar una especie de lente de silicona sobre tu iris natural. El segundo elimina melanina, aclarando el ojo en tonos como gris o azul. Pero, ambos procedimientos pueden provocar efectos secundarios severos, desde fotofobia hasta pérdida permanente de la visión.
¿Qué dicen los especialistas sobre esta práctica?
Oftalmólogos de renombre, como el Dr. Rubén Uribe del Hospital de la Luz, han advertido que estas cirugías no están aprobadas por la FDA ni por la COFEPRIS. De hecho, muchos de los pacientes que acuden a consultas tras estos procedimientos presentan daños irreversibles: glaucoma, úlceras corneales, e incluso desprendimiento de retina.
¿Vale la pena arriesgar la vista por estética?
La historia de quienes se someten a este tipo de operaciones suele comenzar con ilusión, pero puede terminar en pesadilla. Al final, ver el mundo con otros ojos podría costarte dejar de verlo para siempre. ¿Realmente vale la pena el precio por una belleza tan frágil?
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