La cultura en México hoy está de luto. La muerte -a consecuencia de cáncer- de Mariana Gándara Salazar (1984–2025); dramaturga, directora escénica, gestora cultural y profesora universitaria, deja un vacío imposible de llenar. Su paso fue corto, pero de una intensidad brutal: su legado atraviesa generaciones.
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¿Quién fue Mariana Gándara y cómo transformó el teatro en México?
Mariana fue mucho más que una artista. Fue una mente inquieta dedicada a repensar la escena. Fue catedrática en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM y coordinadora ejecutiva de la Cátedra Extraordinaria Ingmar Bergman (2018–2024), desde donde impulsó la reflexión sobre cine y teatro.
También dirigió la Coordinación de Artes Vivas en el Museo del Chopo, consolidando un espacio único para el arte vivo contemporáneo.
Como fundadora del Colectivo Macramé, con presencia en México y Suiza, creó obras que desbordaban imaginación y crítica, como Nadie pertenece aquí más que tú, El último arrecife en tercera dimensión y Nada siempre, todo nunca.
Reconocida por su innovación, fue beneficiaria de becas del FONCA y la FLM, y merecedora de la Distinción Universidad Nacional para Jóvenes Académicos 2020.
¿Por qué su partida conmueve tanto a la cultura mexicana?
Mariana era descrita como una fuerza creativa total por Cultura UNAM. Su muerte fue anunciada por el INBAL y lamentada por instituciones, colegas y estudiantes por igual. Personalidades como la escritora Tania Tagle y colegas como Sandra Lorenzano expresaron su dolor en redes sociales, recordando su entusiasmo, alegría y compromiso.
Aunque su pérdida es profunda, su obra, sus textos traducidos, su impacto pedagógico y su compromiso comunitario aseguran que su legado seguirá generando preguntas, moviendo conciencias y alimentando el arte escénico de hoy y mañana.
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