Cada 31 de octubre se celebra alrededor del mundo el Día Internacional del Arroz, una fecha que rinde homenaje al cereal más consumido del planeta. Presente en la dieta de más de la mitad de la población, el arroz trasciende fronteras, representando a su vez la diversidad e identidad de cada una de las naciones donde se consume.
El sello gastronómico de cada país
El arroz sostiene la economía y la alimentación de millones de familias en países de Asia, América Latina y África. Su cultivo es fuente de trabajo, e historia, consolidándolo como uno de los pilares de la seguridad alimentaria global. Además, posee un amplio valor culinario, debido a que es la base de muchos alimentos. En Japón, es primordial para la construcción de rollitos de sushi. En México, no puede faltar el característico arroz rojo acompañando las tardes de los jóvenes que vuelven de la escuela. En Tailandia, el arroz acompaña platillos emblemáticos como el pad thai y los currys, donde no puede faltar el equilibrio entre dulce, salado y picante , elementos claves de su gastronomía. En India, el biryani mezcla variadas especias. En el Caribe, el clásico rice and beans es fruto del mestizaje cultural, mientras que en China, el arroz frito es sinónimo de hogar y aprovechamiento.
En Europa, producto de los diversos intercambios culturales a lo largo de la historia, el arroz acompaña países como Italia, con su característico risotto. En España, por otro lado, la tradicional paella combina sabores marinos en un platillo para compartir con la familia.
Desde los campos de Asia hasta las cocinas de América Latina, este grano ha tejido una historia de sabores que trascienden la geografía. En el Día Internacional del Arroz, vale la pena recordar que, aunque nuestras recetas sean distintas, todos compartimos el mismo alimento base. En cada plato de arroz, sin importar el país, se sirve también el recuerdo tradicional de cada familia.













