En fosas clandestinas, abandonados en brechas, canales o barrancas, sin identificación ni forma simple de saber su nombre y que alguien los pueda reclamar, así han sido localizadas miles de personas en Jalisco, pero con tecnología ahora sí tienen nombre y apellido.
El 10 de octubre, personal del Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses (IJCF) logró identificar los cuerpos de 38 personas a quienes les dio nombre, apellido y un rostro, y actualmente está en búsqueda de sus familiares.
La dependencia detalló que de 2018 a la fecha han logrado identificar y entregar a sus familiares los cadáveres de 1,159 personas quienes descansaban en el Semefo.
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¿Cómo el IJCF logra identificar los cadáveres de las personas que llegan al Semefo?
Aunque existen distintos mecanismos para identificar cadáveres y ser restituidos a sus familiares, los más de mil cuerpos a los que se le logró dar un nombre y apellido fue a través del estudio de las huellas dactilares.
La dependencia detalló que los peritos estudian la información que el cuerpo de la persona fallecida aporta como lo son las huellas dactilares, sus patrones en la cresta y surcos que forman las yemas de los dedos, los cuales son únicos.
Una vez que se toma la huella dactilar, se crea una ficha decadactilar, la cual se envía para que se coteje con la base de datos de las personas que tramitaron su credencial de elector y si hay coincidencia se envía el nombre, apellido e imagen de la persona.
Luego se publica dicha información en las páginas oficiales del IJCF para que las personas que buscan a algún familiar reportado como desaparecido vean si ahí está el nombre y foto de la persona que buscan.
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