La piel sensible en niños y adolescentes se caracteriza por sensaciones como ardor, picazón, hormigueo, sequedad y enrojecimiento, la predisposición genética es significativa, con un 50% de probabilidad si uno de los padres tiene dermatitis atópica y hasta un 75% si ambos la tienen. En menores de 6 años, la prevalencia es del 53.9%, con tasas más altas en niñas, aunque disminuye al 30% en niños. Se recomienda no automedicarse, realizar baños cortos con agua tibia, usar jabones con pH cercano al de la piel sana y evitar esponjas y cremas con perfumes o alcohol.

Con información de: Florencia Moreno

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