Entre las historias más conmovedoras de la fe jalisciense destaca la del El Señor de la Misericordia o “el Cristo de Ocotlán”, una aparición que marcó para siempre la espiritualidad de la región y dio origen a una de las devociones más profundas del país. Para muchos, visitar al Señor de la Misericordia significa reencontrarse con la esperanza.
¿Qué pasó durante la aparición de Cristo en Ocotlán, Jalisco en 1847?
El 3 de octubre de 1847, más de dos mil testigos aseguraron haber visto la imagen de Cristo crucificado en el cielo. Este evento, considerado milagroso, fue reconocido oficialmente por la Iglesia en 1911. Desde entonces, cada año se celebran misas, procesiones y actos de fe en su honor. El santuario construido en Ocotlán se ha convertido en un punto de peregrinación donde los fieles agradecen milagros y buscan consuelo.
El Cristo de Ocotlán sigue siendo un símbolo de paz y devoción que trasciende generaciones, recordando que la fe puede manifestarse en los lugares más humildes.
Con información de Eddy Servín.
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