Los felinos son sin duda uno de los animales más valorados en el hogar de los mexicanos y aunque no han cobrado tanta relevancia como los perros, sin duda, también los gatos se han vuelto especiales para muchas personas por ser compañeros de vida.
Los gatos se dice, pueden ver fantasmas y leer las intenciones de las personas, incluso ha habido circunstancias en las que han sido grabados mientras ven objetos poseídos y alertan a sus dueños.
No obstante, también algunos mininos son traviesos, como este pequeño que decidió que la alarma de su dueña hacía mucho ruido demasiado temprano y por ello procedió a apagarla.
Gato apaga la alarma del despertador de su dueña
Según se supo por un video de YouTube de la cuenta “Viral Hog” un hombre y una mujer son roomies en Brasil, ambos trabajan en el mismo sitio y lograron compartir gastos para poder vivir en un mejor sitio, así se embarcaron en el proceso de compartir alarma y otras responsabilidades para la casa y su labor.
Sin embargo, nadie contaba con que la mascota de ella fuera un problema para su trabajo al grado de que les causó faltas en días laborales a ambos.
Esta “Karen” como le llaman en internet a las mujeres dueñas de gatos descubrió que un importante problema de su vida era causado por su mascota, pues tras una larga temporada llegando tarde al trabajo por quedarse dormida descubrió que la alarma era apagada por su felino.
La mujer sospechó que más que una falla de no poner la alarma correctamente o que el teléfono estuviera presentando algún inconveniente operativo, el asunto era que algo la “apagaba” y ya que verificó con su compañero de casa que no era quien la silenciaba, la siguiente opción fue revisar si su gato podría ser el culpable.
Para salir de dudas decidió poner a grabar de noche su cuarto, en el video que compartió posteriormente en redes sociales se le ve dormida en la cama y al gato estirado al lado de ella, pasan las horas y cuando la alarma se enciende el felino brinca a una especie de cómoda y comienza a presionar todos lados de la pantalla hasta que hace que el teléfono deje de sonar.
El culpable por fin fue descubierto, sin embargo, quién sabe si esta anécdota igual que el caso de “el perro se comió mi tarea” les haya valido para que les perdonaran la falta, por muy cierto que fuera esto.
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