20 de febrero - Día Mundial del Gato, pa’ el cat lover

Que tres fechas son ninguna, porque el Día del Gato se celebra en México y el mundo en tres ocasiones diferentes por tres motivos distintos, ¿lo sabías?

Jessica Martin
Arte y cultura
19 de febrero - Día Mundial del Gato, pa el cat lover

¿Cuánto reparamos en los habitantes peludos del hogar?, en la modernidad con “perrhijos” y “gathijos”, han tomado mayor relevancia en la sociedad, dándole preponderancia a los cuadrúpedos que se vuelven cómplices de sonrisas, alegrías y momentos en los que, si bien, no todos los vemos como “hijo sustituto”, si aceptamos que gato o perro, son uno más de la familia.

¿Cuántos gatos hay en México por hogar?

De hecho, según informes del Consejo Nacional de Población, (CONAPO), actualmente, 7 de cada 10 hogares en México cuentan con una mascota. Si bien en nuestro país no existe un censo sobre mascotas o animales domésticos, la Asociación Mexicana de Médicos Veterinarios Especialistas en Pequeñas Especies (AMMVEPE) estima que hay alrededor de 28 millones en el territorio, donde de este universo, más de 23 millones son perros y gatos, de los cuales el 30% son de hogar y el restante 70% está en situación de calle. (Senado Gob, México, 2020).

Día Mundial del Gato

¿Cuándo es el Día Mundial del Gato?

Ante esta alarmante noción de animales en situación de abandono e indefensión a nivel internacional han surgido días para conmemorarles, de hecho, en el caso de los mininos hay tres ocasiones marcadas en el calendario:

· 20 de febrero, por ser el día que murió “Socks” el gato de los Clinton, que había ganado bastante popularidad al ser adoptada por una de las hijas del mandatario y ser un animal doméstico de gran carisma.
· 08 de agosto, desde 2002 el Fondo Internacional para el Bienestar Animal, (IFAW por sus siglas en inglés), propuso que se celebre el Día Mundial/Internacional del Gato en esta fecha porque en el hemisferio norte es la época del año en donde los gatos son más propensos a entrar en celo.
· 29 de octubre, otro día dedicado a los mininos, este festejo se debe a la experta en estilo de vida de mascotas estadounidense Collen Paige, quien quiso crear conciencia en las personas sobre los problemas que atraviesan los gatos callejeros, pensando en una fecha para promover la adopción y el mejor trato de los mininos en la calle.

Ahora bien, en nuestro país la fecha más popular y retomada es la segunda, puesto que, se considera que agosto es el mes del año en la que están en apogeo la fertilidad de los gatos, por ende, no pararán de maullar y andar por los tejados en búsqueda de un compañero. Si bien, es cierto que se celebra en dos oportunidades primero el 20 de febrero y luego el 08 de agosto, ambos meses están particularizados por sus eventos en torno a los felinos en diferentes instancias que inclusive aprovechan para hacer jornadas de adopción.

Históricamente, los gatos han tenido relevancia en diversas culturas, una de ellas, es la nuestra, puesto que incluso los indígenas tenían formas de llamar a los mininos: en otomí se les llama “mixi” y en náhuatl “miztli”, “bosha” en el área de Quintana-Roo, -peculiarmente a los gatos de ojos verdes y piel zarca-.
Incluso, hay un “sonido” o expresión para llamar la atención de los felinos de “bishito-bishito” que es utilizada comúnmente en nuestro país.

Pinturas de los gatos

Recapitulando,un recorrido por la historia gatuna

El gato doméstico –“Felis catus”, su nombre ciéntifico- es una subespecie de mamífero carnívoro de la familia de Felidae. Se cree que está en convivencia con el ser humano desde hace unos 9.500 años, lo que en esta estrecha relación les ha llevado a tener apodos, así que a modo coloquial se les llama minino, micho o incluso mizo.

Si citamos “el gran libro” o el “libro más viejo del mundo”, deberemos pensar en el Diluvio Universal.

Se cuentan que llevando Noé algunas semanas de navegación descubrió con horror que su nave estaba infestada de ratones. La pareja original de estos pequeños roedores había proliferado con tanta rapidez, que sus descendientes multiplicaban las incomodidades del arca... además los ratones estaban acabando con las existencias de alimento para el resto del pasaje. Noé se dirigió al león para pedirle su parecer.

Este que pertenece a los grandes felinos, meditó la súplica y concentrando todas sus fuerzas, suspiró profundamente, arqueó la espalda y estornudó con un gran estruendo, expulsando por la nariz una pareja de gatos. De inmediato, iniciaron sin que nadie les diera el aviso su obra destructora, exterminando a todos los ratones que había en la nave, salvo una pareja que Noé capturó y encerró para perpetuar la especie. Según dice esa leyenda que desde ese instante el gato se mostró engreído, altivo y arrogante y como castigo Noé lo ató al puente del arca cuando más arreciaba la tormenta. A consecuencia de este castigo, no es de extrañar el terror que la mayoría de los gatos sienten por el agua.

¿Será que ha trascendido generaciones en la memoria colectivo el castigo que Noé profirió?, quizás nunca lo sabremos.

El gato en la historia

Los gatos en las culturas mundiales

Lo que sí podemos decir, es que históricamente los “mochicas” en la América meridional fueron los primeros que en sus vasijas y dibujos se pueden encontrar imágenes que se asemejan a un gato. Aunque con toda seguridad la verdadera historia del gato comienza en Egipto, durante la quinta dinastía -2.500 años a.C-, el pequeño felino habría sido introducido al grado de que la mitología egipcia éste ocuparía un lugar privilegiado.

Si analizamos la mitología egipcia, nuestro felino protagonista era el animal sagrado de la diosa Bastet, una de las más veneradas divinidades del antiguo Egipto, al grado de que se promulgaban leyes prohibiendo la exportación de gatos en las que producir la muerte de uno de estos animales se consideraba un grave delito y el culpable era condenado a muerte incluso si el fallecimiento del minino era accidental / incidental.

Los felinos fueron tan idolatrados que incluso cuando algún gato familiar moría, todos los miembros del clan se ponían de luto e incluso se afeitaban las cejas como signo de dolor, llegando al extremo de momificar al animal si se tenían los recursos suficientes… Mientras que, si este no era el caso, se contaba un antiguo cementerio en donde según los libros arqueológicos de 1890 se encontraron en descanso eterno más de 170,000 gatos.

En años venideros, (relativamente más cercanos a la actualidad), en la época de los romanos gozaron también de justa fama ya que para ellos simbolizaban la victoria y los llevaban con sus legiones. En el siglo V desembarcaron en los Países Bajos y de ahí se extendieron por toda Europa y ayudando a terminar con las plagas interminables de roedores.

ratas vs gatos

Los gatos pasan de héroes a villanos en la Edad Media

No obstante, toda relación puede pasar del amor al odio con suma rapidez, y es que, por ahí de la Edad Media, (año 476 con la desintegración del Imperio Romano de Occidente y finaliza con la caída del Imperio Bizantino a manos de los turcos otomanos siglo XV, aprox. en el 1453), los mininos y los humanos empezaron a llevarse no tan bien.

¿El motivo? Creían que eran la reencarnación del demonio y pasaron de ser queridos a ser perseguidos.

La simple posesión de uno servía para acusar a una persona de bruja o de ejercer la brujería. Esta “persecución” fue especialmente grave en Inglaterra, Alemania y Francia, lugares en los que el día de “Todos los Santos”, (1 de noviembre), se comenzaban los festejos quemando en la plaza pública cestos llenos de gatos vivos... (Por si estaban con el pendiente, deben saber que esta barbárica costumbre fue abolida allá por 1648).

Dicen que en el castigo tenemos la penitencia, y así fue, porque estos roedores, (ante la ausencia de su predador natural), se multiplicaron a tal grado que fueron proliferadores de virus y bacterias que generaron pandemias, (para muestra un botón con la peste negra). De hecho, el renombrado Napoleón Bonaparte estimuló la cría de los mininos sólo en un afán de acabar con la plaga de ratas y ratones, pese a que los detestaba particularmente según ejercicios biográficos del militar y estadista francés.

Finalmente, quien terminó de colaborar en la “reivindicación” de los felinos fue Pasteur, (sí, por él decimos que tenemos “leche pasteurizada” y entendimos de la existencia de varios microbios), quien insistió que los gérmenes y bacterias proliferaban en la suciedad y que los animales que estuvieran en condiciones malas de higiene contaminarían al ser humano, lo que luego con la observación acarrearía la aseveración, (“muy” sorprendente), sobre la gran pulcritud de los peludos mininos quienes pasan el día acicalándose y se sugeriría su promoción como mascota incluso por encima del “amigo del hombre”, el perro.

Los gatos en el arte

Los gatos en el arte y la poesía

Ahora bien, no sólo se hicieron presentes en mitos, leyendas, libros sagrados y sucesos históricos, también dejaron su mullida y estilizada huella en las artes, particularmente la literatura, donde se han hecho presentes como protagonistas o co-protagonistas de cuentos, novelas, cuentos cortos, sonetos, poesías, versos sueltos y frases de grandes autores como Mark Twain, Cortázar, Neruda, Jaramillo Agudelo, Allan Poe, Émille Zola, Charles Perrault, T.S. Elliot, etc.

Y es que si nos ponemos a enumerar grandes obras de la literatura tienen gatos como protagonistas como, (el luego adaptado a famoso musical de Broadway), “Cats” de T.S. Elliot; “El Gato Negro” del maravilloso escritor de terror y suspenso Edgar Allan Poe; “El Gato con Botas” de Charles Perrault; “El Paraíso de los Gatos” de Émille Zola; “Opiniones del Gato Murr” de E.T.A. Hoffman…

U otros más “Modernos” como “El Gato del Sombrero o del Garabato” de Dr. Seuss; “Soy un gato” de Natsume Soseki, (una colección de haikus nipones que cuentan una historia desgarradora pero espléndida); “Neko Café” de Anna Solyóm, una novela contemporánea de una maravillosa escritora nacida en Budapest y residente de Barcelona que nos habla de una joven con “ailurofobia” y las leyes de los gatos, espléndido para amantes de los felinos y para aquellos que no los conocen.

Alicia en el País de las Maravillas gato

Además, habría que nombrar novelas con personajes que si bien no son principales sí se volvieron entrañables como el gato de Cheshire de Alicia en el País de las Maravillas” y “Alicia a través del espejo” de Lewis Carroll, donde inspirado en un mito inglés, (se tiene registro de la expresión «sonreír como un gato de Cheshire» en Inglaterra desde el siglo XVIII, así en “A classical dictionary of the vulgar tongue” de 1788 por Francis Grose contiene la entrada «Gato de Cheshire. Sonríe como gato de Cheshire; dícese de cualquiera que enseña sus dientes y encías cuando ríe.» Más tarde, es utilizado por John Wolcot en “Pair of Lyric Epistles” de 1792.

El “Brewer’s Dictionary of Phrase and Fable” afirma que en Cheshire «se vendía queso con forma de gato sonriente». Así, cuando el queso se comía de afuera hacia dentro, la figura del gato iba desapareciendo hasta quedar solamente la sonrisa). Éste renovó a Cheshire para luego ser objeto de un propio culto a través de la lupa de Disney en 1951 y volviéndose inseparable del público infantil estos últimos setenta años, y quizás los que vengan.

(Alicia) – Podrías decirme, por favor, ¿qué camino debo seguir para salir de aquí?

(Gato) – Esto depende en gran parte del sitio al que quieras llegar.

(Alicia) – No me importa mucho el sitio…

(Gato) – Entonces tampoco importa mucho el camino que tomes.

Así pues, si con todo esto no te queda convencimiento de la importancia de los gatos en la literatura y la historia de la humanidad le dejo algunos de mis textos favoritos de los mininos y después de leerlos, ojalá te convenza de adoptar (o mimar a profundidad), a estos peludos compañeros silenciosos que poco problema causan y muchas alegrías otorgan.

Ilustración gato

“(…) Estados de la materia.
Los estados de la materia son cuatro:
líquido, sólido, gaseoso y gato.

El gato es un estado especial de la materia,
si bien caben las dudas:
¿es materia esta voluptuosa contorsión?
¿no viene del cielo esta manera de dormir?
Y este silencio, ¿acaso no procede de un lugar sin tiempo?
Cuando el espíritu juega a ser materia
entonces se convierte en gato”.
- Del libro Gatos. Darío Jaramillo Agudelo.

“El gato,
sólo el gato
apareció completo
y orgulloso:
nació completamente terminado,
camina solo y sabe lo que quiere.

(…) Pero el gato
quiere ser sólo gato
y todo gato es gato
desde bigote a cola,
desde presentimiento a rata viva,
desde la noche hasta sus ojos de oro.

(…) Sus ojos amarillos
dejaron una sola ranura
para echar las monedas de la noche.
(…) pero no puedo descifrar un gato.

Mi razón resbaló en su indiferencia,
sus ojos tienen números de oro”.
-Oda al gato, Pablo Neruda.

Y finalmente, de grandes pensadores que seguro han comprendido mejor de amores, (y felinos), que muchos de nosotros simples mortales:

«Querer a las personas como se quiere a un gato, con su carácter y su independencia, sin intentar domarlo, sin intentar cambiarlo, dejarlo que se acerque cuando quiera, siendo feliz con su felicidad.»
- Julio Cortázar.

Mientras entendemos a amar como se ama a un gato, celebremos a los felinos compañeros históricos del hombre y pensemos que si el perro enseña a decir “yo te quiero” el gato nos podría decir “yo me amo” … Interesante reflexión, ¿no crees?

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