Cuando ves ese video de Instagram —donde una voz suave pregunta “¿Cuántos ramos tienes que llevar en tu boda?”—, algo en ti se detiene. Ahí, en ese breve clip, se desvela una tradición que quizá nunca habías considerado: ¡hasta tres ramos pueden acompañarte al altar!
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¿Por qué una sola no basta?
La respuesta es sencilla: uno para la ceremonia, otro para las fotos, y un tercero para cerrar la fiesta. El ramo principal es grande, impactante, el protagonista de tu entrada. Luego viene uno más pequeño, casi íntimo, para las fotos. El tercero, compacto y fresco, te acompaña mientras bailas y brindas sin preocuparte de “cuidar” tus flores.
¿Es tradición o tendencia moderna?
En países como México —y también en bodas de estilo boho o vintage—, usar dos o hasta tres ramos se ha convertido en un gesto chic con significado: celebrar cada momento sin perder comodidad. ¿Sabías que incluso en bodas católicas se sugieren tres? Uno para cada parte del día: ceremonia, sesiones y recepción.
¿Cuál ramo usarás tú?
Piensa en tu historia: ¿quieres un ramo voluptuoso con rosas para la entrada y otro más pequeño con flores silvestres para bailar? ¿O prefieres uno atemporal para todo el día? La clave está en planear con tu florista. Si optas por tres ramos, cada uno debe tener su momento estelar.
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