Las fiestas de Atemajac de Brizuela son mucho más que una serie de celebraciones religiosas: son una expresión viva de identidad, fe y comunidad que cada año atrae a habitantes locales y a fieles que regresan desde Guadalajara, Ciudad de México e incluso Estados Unidos.
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¿Qué se realiza en Atemajac de Brizuela?
Entre las más destacadas se encuentra la Fiesta de San Bartolomé, el 24 de agosto. La víspera, los habitantes realizan una emotiva peregrinación para trasladar la imagen del santo desde la Capilla del Señor del Ocotito hasta la parroquia.
Durante la festividad, desfilan carros alegóricos, resuenan las danzas tradicionales como La Conquista y Los Sonajeros, se escuchan las campanas, se lanzan cohetes y los mayordomos elegidos por el pueblo coordinan cada detalle del festejo.
¿Qué otra festividades se tienen en Atemajac de Brizuela?
Otra fecha imprescindible es La Entrada de la Virgen de la Defensa, celebrada del 5 al 9 de septiembre. En esos días, los fieles participan en caminatas, procesiones, serenatas y la tradicional quema de castillos de fuegos artificiales.
Los festejos son organizados por mayordomos locales y gente de Guadalajara, México y EE.UU., quienes recogen donativos para garantizar que cada detalle brille.
Las Fiestas Patrias también tienen su lugar especial. Desde el 14 de septiembre, el pueblo vibra con el Día del Charro, el recorrido nocturno con la imagen de Miguel Hidalgo y Costilla iluminada por antorchas, y el desfile del 16 de septiembre, donde participan escuelas, asociaciones deportivas, charros y conscriptos, seguido de serenatas y bailes populares.
En el ámbito religioso, destacan celebraciones como el Día de la Virgen de Guadalupe (12 de diciembre), las posadas navideñas con piñatas tradicionales, el Día de la Candelaria (2 de febrero) y las festividades de mayo dedicadas al Espíritu Santo y al Señor del Ocotito.
Cada una refleja el profundo arraigo de las costumbres locales, donde las familias preparan alimentos típicos como gorditas de maíz caseras y adornan sus hogares con nacimientos del Niño Jesús.
La llegada y despedida anual de la Virgen de la Defensa, que permanece en Atemajac hasta diciembre, marca uno de los momentos más esperados. Durante esos días, el pueblo entero y sus hijos ausentes se reúnen para rendir homenaje a una tradición que atraviesa generaciones y fronteras.
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