La Ruta del Peregrino, con una historia de más de 200 años, recorre 117 kilómetros desde Ameca hasta la Basílica de Nuestra Señora del Rosario en Talpa de Allende.
Este recorrido que atrae tanto a fieles católicos como a aventureros senderistas, atraviesa pueblos, montañas y paisajes de la Sierra Madre Occidental. Cada marzo, durante Semana Santa y el novenario de San José, cerca de 3 millones de peregrinos recorren este trayecto de fe y tradición.
El camino se distingue porque recorre varios puntos donde los peregrinos se pueden hidratar y consumir alimentos típicos de la región, lo que convierte la ruta en una experiencia culinaria.
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¿Dónde está Jacales en la Ruta del Peregrino y por qué es famosa su comida?
En la Ruta del Peregrino, uno de los puntos más reconocidos es Jacales, un poblado al pie de la carretera que recibe a los visitantes con sus platillos típicos, así como con opciones de alojamiento a bajo costo.
Jacales se localiza luego de descender el emblemático Espinazo del Diablo, a unos 55 kilómetros de Talpa de Allende. Los peregrinos y turistas que llegan a este punto son recibidos por las “aplaudidoras”, cocineras que aplauden y gritan para atraer clientes.
Son varios los restaurantes y fondas al pie de la carretera, y aunque cada uno tiene su toque y sazón, la mayoría se distinguen por vender carnes asadas, cecina y el tradicional jocoque, acompañado de frijoles, salsas martajadas y tortillas recién hechas.
La Ruta del Peregrino cobra vida con la profunda espiritualidad de quienes caminan hacia Talpa de Allende. Un viaje que une el alma y el paladar.
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