¿Y si criamos para amar y no para dañar? Cómo prevenir el bullying desde casa
El bullying empieza en algún lado... y muchas veces, comienza en casa. ¿Estamos criando con empatía o con indiferencia?
Criar a una persona violenta no ocurre de la noche a la mañana. El bullying, la intimidación y la agresión verbal o física muchas veces tienen raíces profundas en el entorno familiar. La forma en que respondemos al llanto, a la frustración o al “no” tiene consecuencias.
Enseñar a poner límites con respeto, nombrar las emociones y fomentar la empatía puede parecer simple, pero hace toda la diferencia.
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¿Cuál es el reto para no educar hijos bullyings?
Estar disponibles emocionalmente. Los hijos copian lo que ven: si nosotros gritamos, insultamos o minimizamos sus emociones, aprenden que así se trata a los demás.
¿Tienen modelos sanos de comunicación? ¿Aprenden a resolver conflictos sin violencia?
Hablar sobre lo que sienten, reforzar el valor del consentimiento y enseñar a pedir disculpas sinceramente son prácticas cotidianas que ayudan a prevenir que nuestros hijos sean agresores... o víctimas.
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