Entre agua y piedra, un eco del pasado En el corazón de Tequila, Jalisco, los lavaderos públicos cuentan más que una historia... susurran una leyenda. Doña Félix, una lavandera reconocida por su destreza, trabajaba siempre en la misma pila, ayudada por un pequeño banco.

Dicen que, tras su muerte, ese banco aparecía cada amanecer como si su espíritu regresara a cumplir su labor.

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¿Por qué visitar los lavaderos de Tequila hoy?

Hoy, los visitantes aseguran sentir su presencia, ecos de agua, sombras en las fotos y hasta murmullos en la noche. Muchos tocan el agua creyendo que da suerte en el amor. Los lavaderos son más que patrimonio, son un puente entre el misterio, la tradición y la memoria colectiva de un pueblo donde el agua sigue hablando.

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