¿Por qué tocamos madera? El curioso origen de un gesto contra la mala suerte

Lo hacemos casi sin pensarlo, como un acto reflejo ante la posibilidad de un mal augurio. Pero, ¿de dónde viene realmente la tradición de tocar madera para alejar la mala suerte? Aquí te lo contamos, como una historia que viaja desde la antigüedad hasta nuestros días.

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Desde hace generaciones, tocar madera se ha convertido en un gesto común cuando queremos “evitar la mala suerte” o cuando decimos algo positivo que no queremos que se arruine. Es tan natural para muchos que ya forma parte de la conversación diaria: “¡Me está yendo bien… toco madera!” Pero lo que para muchos es solo una costumbre, en realidad tiene raíces culturales y espirituales muy antiguas, que mezclan religión, creencias paganas y hasta psicología.

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¿Cuál es el origen de tocar madera?

Aunque no existe una única explicación definitiva, muchos expertos coinciden en que esta tradición podría tener sus raíces en las prácticas paganas de los celtas, quienes creían que los árboles estaban habitados por espíritus protectores. Al tocar la madera, los antiguos buscaban invocar la ayuda o la protección de estos seres divinos.

En otras culturas antiguas, el acto también simbolizaba una forma de agradecer a los dioses por la buena fortuna, y pedir que esta continuara. Era un gesto de humildad ante el destino y un recordatorio de que todo puede cambiar en un instante.

¿Qué papel juega la religión en esta costumbre?

Durante la expansión del cristianismo, la costumbre fue reinterpretada. Algunos creen que tocar madera se asoció con la cruz de Cristo, considerada un símbolo sagrado capaz de alejar el mal. Esta reinterpretación ayudó a que el gesto sobreviviera a través de los siglos y se mezclara con las nuevas creencias religiosas, manteniéndose como una forma discreta de buscar protección divina.

¿Tiene algún respaldo psicológico o científico?

Desde una mirada más actual, algunos psicólogos sugieren que el gesto de tocar madera cumple una función emocional. Es una forma de sentir que tenemos control sobre lo incierto, incluso si es simbólicamente. En un mundo lleno de incertidumbre, estos pequeños rituales ofrecen consuelo.

El gesto también puede tener un efecto placebo: al hacerlo, sentimos que hicimos algo para protegernos, y eso puede disminuir la ansiedad o el miedo ante una posible desgracia.

¿Se toca cualquier tipo de madera?

Aunque en la práctica la mayoría no distingue entre tipos de madera, hay quienes prefieren tocar madera natural sin tratar, en lugar de superficies barnizadas o artificiales. Esto tiene que ver con la idea de estar en contacto directo con la energía del árbol o del elemento natural en sí.

En algunas regiones, incluso se hacen amuletos de madera que las personas llevan consigo como protección, especialmente en culturas donde las supersticiones aún tienen gran peso.

¿Qué tan vigente sigue siendo esta costumbre?

A pesar de los avances tecnológicos y el pensamiento racional, tocar madera sigue tan presente como antes, especialmente en momentos de incertidumbre. Ya sea en una conversación informal, en una entrevista de trabajo, o al hablar de salud, muchos lo hacemos sin darnos cuenta.

Y aunque hoy entendamos que es un gesto simbólico más que mágico, sigue siendo una manera muy humana de sentirnos protegidos, esperanzados y conectados con algo más grande que nosotros mismos.

Así que la próxima vez que digas algo bueno y sientas la necesidad de buscar un pedacito de madera, recuerda: no estás solo. Estás siendo parte de una historia que comenzó hace siglos… y que, por lo visto, todavía tiene raíces muy vivas.

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