Monjes y cerveza: la sorprendente historia detrás de esta bebida que conquistó al mundo
Lo que hoy disfrutas en un vaso de cerveza tiene su origen en la vida monástica medieval. Descubre cómo los monjes marcaron para siempre la historia de esta bebida.
Durante siglos, los monasterios de Europa no sólo fueron centros de oración y espiritualidad, también se convirtieron en laboratorios donde se perfeccionaron técnicas que cambiarían la cultura gastronómica.
Una de ellas fue la elaboración de la cerveza, bebida que pasó de ser un alimento básico a convertirse en uno de los productos más consumidos del planeta.
Los monjes aprovecharon sus conocimientos en agricultura, botánica y conservación para transformar la bebida en algo mucho más refinado y seguro que el agua de la época, la cual solía estar contaminada.
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¿Cómo surgió la relación entre monjes y cerveza?
En la Edad Media, los monjes comenzaron a producir cerveza como parte de su alimentación, especialmente en los periodos de ayuno, ya que la consideraban un verdadero “pan líquido” por su valor nutritivo.
Además, fueron ellos quienes introdujeron el lúpulo, planta que no sólo dio el característico sabor amargo, sino que también permitió conservar la bebida por más tiempo.
Con el tiempo, muchos monasterios comenzaron a vender cerveza para viajeros y peregrinos, dando origen a estilos que hoy conocemos como las cervezas trapenses, aún elaboradas en abadías de Bélgica y Alemania.
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