Aunque muchos asocian el TDAH con hiperactividad y energía sin fin, la realidad es que quienes lo padecen suelen sentirse agotados física, mental y emocionalmente. ¿Por qué ocurre esto? Los expertos lo explican.
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¿Por qué el TDAH agota tanto?
Imagina despertar cada día con la mente acelerada, intentando filtrar miles de estímulos, emociones intensas y tareas pendientes. Para alguien con TDAH, este esfuerzo constante es una batalla diaria que consume energía sin descanso. La sobrecarga cognitiva, la dificultad para priorizar y la lucha contra la procrastinación generan una fatiga mental que, con el tiempo, se refleja en el cuerpo .
¿Cómo afecta el sueño al TDAH?
Dormir bien es esencial, pero para quienes tienen TDAH, lograr un descanso reparador puede ser un desafío. La mente inquieta, los pensamientos acelerados y el insomnio son comunes, lo que lleva a una privación de sueño crónica. Esta falta de descanso no solo afecta la concentración y el estado de ánimo, sino que también exacerba los síntomas del TDAH, creando un ciclo difícil de romper .
¿Qué papel juega la sobrecarga sensorial?
Las personas con TDAH a menudo experimentan una hipersensibilidad a estímulos como ruidos fuertes, luces brillantes o multitudes. Esta sobrecarga sensorial puede ser abrumadora, llevando a un estado de agotamiento físico y mental. La necesidad constante de adaptarse a entornos estimulantes puede resultar en una fatiga persistente .
¿Cómo influyen las emociones intensas?
El TDAH no solo afecta la atención, sino también la regulación emocional. Las emociones intensas, como la frustración, la ansiedad o la euforia, consumen una gran cantidad de energía. Intentar controlar o enmascarar estas emociones para encajar en un entorno que no siempre comprende esta intensidad puede ser emocionalmente agotador .
¿Qué estrategias pueden ayudar a combatir esta fatiga?
Afrontar el agotamiento asociado al TDAH requiere un enfoque integral. Algunas estrategias incluyen:
- Mejorar la higiene del sueño: establecer rutinas regulares y crear un ambiente propicio para el descanso.
- Técnicas de relajación: practicar mindfulness o meditación para reducir el estrés.
- Apoyo profesional: recurrir a terapia o coaching especializado en TDAH.
- Actividad física regular: el ejercicio puede ayudar a mejorar el estado de ánimo y la energía.
- Alimentación equilibrada: una dieta adecuada contribuye al bienestar general.
El cansancio en el TDAH va más allá de la falta de sueño o el esfuerzo físico. Es el resultado de una combinación de factores que afectan la mente, el cuerpo y las emociones. Reconocer y comprender estas causas es el primer paso para buscar soluciones y mejorar la calidad de vida de quienes viven con este trastorno.
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